domingo, 29 de diciembre de 2019

BUENAS NOCHES

Todas las noches digo adiós. Me armo de valor y escenifico el momento. Tejo el guión con las palabras que pronunciaré y que sé que aceptarás sin rechistar, evitarás la lucha. Me darás la razón para no coartar mi libertad o no sé bien para qué. Quizá para no complicarte o no complicarme la vida. 

Todas las noches lloro la despedida, paso el duelo, levanto mi barbilla e hinchando el pecho, me repito que es lo que necesito y necesitas tú también, que lo haré con decisión y sin miedo.

Cada noche me observo en el espejo sin comprender, sin creer lo que escucho, haciéndome cada vez más pequeña e invisible tras recordar gestos y miradas perdidas devorando otros mundos mucho mejores. Me escondo en la propia inseguridad que abraza los complejos, los mima y los hace presentes.

Por las noches también salen, no sé bien de dónde, todas las mentiras y traiciones que existen. Todas disparadas hacia mí, justo en el lugar donde duele. Las cojo con avaricia, las hago mis compañeras, me las imagino a todas ellas contra mis verdades, luchando y venciendo a estas últimas. Y esas verdades también lloran la derrota, sin fuerzas ya.

Me quedo dormida mojando la almohada mientras la abrazo y susurro: "Mañana lo haré. Lo prometo." 

...Y así, todas las noches.


domingo, 8 de septiembre de 2019

9.99

Necesito perdonarte una cosa y también perdonarme yo otras.
Hagamos las paces. 
Aunque nunca hayamos discutido, cada año te echo la bronca y no quiero seguir haciéndolo. 
Quiero quitarme este ceño fruncido de rabia y tristeza cuando te recuerdo.
Quiero sustituir el vacío que dejaste, por todos los "gracias" y "te quieros" que nunca te dije. No me vale con que lo supieras. Porque lo sabías, creo...
Quiero sacar esta (puta) espina definitivamente y sustituirla por una sonrisa al recordar tus carcajadas.
20 rosas no curan 20 años esperando la vuelta de tu ritmo. Evitarlas quizá sea la forma de reconciliarme con mi rabia. 
Te quiero.
(#NoNameGroup "...que emanan comprensión con tan solo un corazón." ❤❤)


lunes, 19 de agosto de 2019

SPECIAL

Hoy no necesito sexo. Tal vez mañana sí, o pasado, o la semana próxima.

Hoy quiero deshacerme a besos, de los que huelen a amor, aunque sea del embustero.

Quiero creer lo que suena en las bocas cada día, casi a la misma hora, pero esta vez lo sacaré de la zona de los tópicos y lo imaginaré exclusivo para mí y por sorpresa, como antes.

Hoy es un día especial para alguien nada especial, que necesita sentirse especial y probar las mieles de lo sinceramente falso.


domingo, 11 de agosto de 2019

CALLA

Seremos segundas opciones, quizá terceras o cuartas. El papel mojado sobre la mesa es la única posesión que tenemos.

Hay quistes que no desaparecen, ni siquiera usando bisturíes de primera. Seguirán ahí mientras los vayamos alimentando con todo lo experimentado y con lo que permitimos vivir en el presente.

La luz se apaga y no hay batería que la encienda. La oscuridad gana la partida siempre. Tiene más fuerza.

No existe el karma para según qué cosas. ¿Para qué estamos aquí? ¿De qué sirve lo que damos? Para nada y de nada. Todo se disuelve con una sola acción fortuita exenta de control y deja de existir.

Siéntate en el suelo y llora hasta secarte.

Escucha a la nada y procura no hacer ruido.

Duerme tu sueño y nunca lo despiertes.

Simplemente, calla.


lunes, 17 de junio de 2019

WALK

¿Sabes para qué sirve ser buena gente? Para nada. Ni siquiera para epitafio en la tumba. Sólo interesa el día que naciste y el que falleciste. Eso sí, con flores de plástico y el nicho bien limpio para que los visitantes vean que alguien se preocupa por ti después de muerto.

Ser buena gente es aburrido y vacío. Al final de la carrera, y a veces en medio de ella, no tienes nada más que esa frase horrible: "Qué buena persona. De bueno, tonto." ¿Habrá algo más deprimente que haber sido tonto toda tu puta vida? Sí, la verdad, simpático igual es peor.

Sonríes mucho, porque no queda otra. Te gustaría tener un cuerpo de escándalo, pero la genética no hizo bien el trabajo y eres tan bueno, que no robas tiempo a los tuyos para irte al gimnasio y ponerte cachas. Ni gastas en cremas, primero ellos. Ni compras ropa sexy, no es cómoda ni práctica para atender todo. No follas con quien te apetece porque tienes una mierda de valores o principios que capan el deseo y te reprendes por haberlo pensado. Es que eres buena gente, aunque se te amargue la vida con tus relaciones, sean del tipo que sean. Primero soltar, luego agarrar. Como si alguien más pensara en eso.

Qué bien, eres transparente, das confianza, qué sincero, se te ve venir... menudo suicidio emocional. ¿Cuántas personas hay así? Las habrá, pero pocas. Es más fácil ganar una lotería, que encontrar a alguien así y menos que te acompañe siempre.

Al final lo que te viene a la cabeza son unas ganas profundas de cambiar el chip. De dejar de ser bueno y simpático. Total... Los malos y las malas se mueven en terrenos divertidos, puede que superficiales, pero divertidos, donde los buenos no tienen acceso cuando ya llevan la etiqueta de buenos.

¿Qué siente la buena gente? ¿Le importa a alguien? Sinceramente, creo que no. Molestan poco, eso sí.



jueves, 6 de junio de 2019

A ❤ PALABRA ❤ 2


Cada noche abría aquella aplicación y entraba en su cuento particular, donde se sentía protagonista. Allí esperaba, sonriente y nerviosa, a que él apareciera.

SUPREMO

ENTRAR

Dos palabras puestas, letra a letra, por ambos, pero aún no le escribía nada en el chat. Le gustaba imaginarla increpando a la pantalla del móvil y conteniendo las ganas de saludarle. Tendría que  esperar.

QUIERO

ESPERA

Se impacientaba, pero ese era el juego y sabía que, de un momento a otro, él le dedicaría alguna frase puñetera de las suyas.

VESTIDO

CARMÍN

DESEO…

Estas últimas palabras en el panel las estaban encajando cargadas de intención y morbo.
La última, puesta por ella, dio pie a que él entrara en privado a decirle: “A mí, ¿verdad? Soy irresistible, lo sé.”

Solo esa frase, tras unas carcajadas y un “¡Capullo!”, daba paso a la anhelada conversación, unas veces sobre temas cotidianos, otras envueltas en esa historia de amor y sexo que nació de una partida aleatoria.

Varios años jugando y, lo que empezó con un tonteo atrevido, dio paso a una confianza que les llevó a necesitarse para contarse el día a día, sus vacíos, sueños, carencias, enfermedades, deseos, fantasías, cambios y el largo etcétera de unas vidas que no eran las que hubieran elegido justo en esos momentos.

Un día, tras esos varios años de palabras, se vieron, se olieron, se miraron a los ojos y, a partir de ahí, entró todo al pecho en barrena. No se puede dar más detalle de algo que estalla y no tiene freno, no tiene pedal como un coche para pararlo cuando quieres. Surgió todo lo que ya ambos sabían que surgiría sin haberse besado aún.

A veces él no hablaba en días, sólo jugaba y eso era como una señal de problemas serios, pero sin dejar de hacerle saber a ella que seguía a su lado.

Es inexplicable, precioso y a la vez horrible, que descarguemos al principio todo lo que nos mata por dentro y cuando tenemos algo más con esa persona, cuando dejamos de ser extraños, nos cerremos herméticamente con la única intención de no hacerla sufrir. Decidimos por la otra persona. No tenemos en cuenta qué querría él o ella en este caso y lo más seguro, lo más cierto, es que quisiera compartir nuestras miserias y ayudarnos a llevar el peso aunque sea con unas risas, con un polvo virtual o simplemente escuchando el silencio en silencio, juntos. Pero no las dejamos…

-Me estoy preocupando. Necesito saber algo o esta incertidumbre me va a matar.

-No puedo decirte nada aún. Quiero pasar esto solo. Cuando haya resultados y esté todo bien, hablaremos.

-Pero yo quiero ayudarte... Necesito verte, acompañarte, luchar y sentir que los dos podremos con esto.

-Me ayudará saber que no te preocupas por mí. Me ayudará que no me preguntes nada, por favor, y que sigas viviendo lo que no te han dejado vivir hasta ahora. Eso es lo que quiero.

Silencio. No más frases puñeteras en el chat. De vez en cuando una palabra puesta en el panel, una sola, pero hacía saltar el corazón de ella.

Más silencio. Otra palabra.

TE

Ella coloca las letras de su jugada:

QUIERO

Más silencio. No hay palabras.

Está trabajando y, en el descanso, enciende el móvil suplicando alguna señal, una palabra más. Abre una red social y la noticia la parte en dos. Ahí está la señal, pero esta es una de esas señales hijas de puta que nunca creemos que se puedan dar... Y sí, se dan.

A día de hoy no ha dejado de amarle.

Quizá con el tiempo le alivie algo el dolor caminar por donde ambos soñaron que lo harían de la mano.

Quizá algún jugador de esa aplicación le empiece a tontear y consiga desviar un poco el recuerdo.

Quizá debería desinstalarla, o no, porque es el cordón umbilical que aún le une a él y no quiere olvidarle.

Quizá algún día sea capaz de vaciar el saco de “ojalás” que llenaron juntos.

Ojalá sea capaz... “Eso es lo que quiero”.




lunes, 17 de diciembre de 2018

ESTABA TRABAJANDO



Estaba trabajando… Discúlpame, ya sé que es tarde, ahora ya no sirve de nada todo lo que diga, pero quiero explicarte que estaba trabajando para nosotros, para comprar cosas.

Cuando esperabas que te diera los buenos días, yo no podía. Tenía cosas importantes que atender en mi trabajo. No podía perder dos segundos en darte una sonrisa y los buenos días, porque dos segundos de mi vida es dinero que pierdo… Ya sabes lo que me importa el dinero.

Tampoco podía pararme a mirar si estabas diferente o preocupada ¿tú sabes la cantidad de asuntos que se quedan sin atender por pararse a observar a la gente? Aunque sean las personas que queremos. Porque… yo te quería, sin duda, aunque no tuviese tiempo para ti.

Lo tenías que haber entendido… Tú deberías haber sabido que, a pesar de mis modos, yo te quería. Era obvio, dormíamos en la misma cama.

Sí, ya sé que también descuidé un poco el sexo, pero yo sólo necesitaba descargar esas tensiones diarias, era ne-ce-si-dad. Sé que no hice por probar cosas que te dieran placer a ti. Tengo un buen miembro, creo que era suficiente. Otras con eso estarían contentas, pero tú siempre has sido tan especial para tus cosas… Y exigente, porque no es para tanto estar horas dando caricias y placer… ¡Horas! ¿Tú sabes lo que significa una sola hora perdida en mi día a día? Nunca lo entendiste.

Pero no te culpo, no es eso, no tienes la culpa de haber dado con alguien como yo, tan responsable en su trabajo. No podía perder el tiempo en las tonterías que tú planteabas y planeabas, entiéndelo, los sueños no sirven para nada. Los sueños no pagan la luz, ni el agua, ni esos regalos que te hacía en las fechas señaladas… bueno, unos días después, es verdad, pero era cuando podía… Ya sé que no te importaban esos regalos, que no era lo que tú querías, pero te hacía falta. Eran cosas que te hacían falta, cosas materiales, sí, lo sé, pero yo creí que las necesitabas y punto.

No, no llores mi amor… Perdona mi tono, estoy nervioso y ya sabes que lo que digo a veces no es lo que pienso, ahora me doy cuenta. Ahora que te pierdo me doy cuenta de todo en lo que he fallado, pero es mi naturaleza, intento cambiarla pero no se deja la hija de puta.

También sé que hace muchos años, cuando no te dejaba marchar, me dijiste esto mismo, tenías razón, siempre la tuviste pero me negaba a admitirlo… Te quería. Te quería para mí, sólo para mí… No quería que me vieran como un fracasado que no supo complacerte. Si me dejabas, todo el mundo me vería así, porque tú eras sencilla a los ojos de todos, alegre, con metas fáciles de conseguir… Aunque sigo pensando que tus sueños no alimentan el estómago y eso es importante, no me lo niegues.

Y ahora me dejas hablando solo. Necesito que me escuches. Me tienes que escuchar, me lo debes. 

Todo lo he hecho por nosotros, por los dos, por el bien de los dos. A mi manera, pero por los dos. 

No me dejes hablando solo… 

No cierres los ojos ¡Ábrelos! ¡Me tienes que escuchar como siempre! ¡¡Abre los ojos!! ¡¡Mírame!! ¡¡No me hagas esto, eres egoísta!! ¡¡Abre los ojos, ostia!! ¡Ábrelos!… Ábrelos, por favor… No me hagas esto, por favor… Joder… Yo te quería… Yo te he querido mucho ¿sabes? Yo… No sé qué hacer ahora… No sé qué hacer sin que me miren tus ojos… Joder… Ábrelos por favor… Ábrelos, cariño… sólo estaba trabajando…


(Publicado originalmente en PescandoPalabrasYRedes 2016)