miércoles, 24 de octubre de 2018

MILES DE AGUJEROS

Miles de agujeros, aparentemente invisibles, por los que se escapa la vida, la ilusión o los sueños.

Agujeros que aparecen según caminas, y sonríes porque no queda otra.

Pero hay sonrisas dolorosas que no todo el mundo es capaz de ver. Están en los ojos, sutilmente escondidas por una curva en los labios.

Un roce en el cuello los espanta unos minutos.

Un beso en la boca los entretiene.

Un abrazo los hace pequeños.

Pasado esto, vuelven los agujeros, tan invisibles como antes, quizá más profundos o quizá menos, pero agujeros al fin y al cabo.

No hay atención.

No hay tiempo y nunca se detiene.


No hay comentarios:

Publicar un comentario